El manifiesto del Día del Orgullo 2020, homenajea la lucha por la igualdad de las mujeres LTB

El Día del Orgullo LGTBI 2020 se ha conmemorado hoy en Alhama con la lectura de un manifiesto a cargo de Fulgencio (Chencho) Tomás, exconcejal del Ayuntamiento quien ha encabezado en los últimos años las reivindicaciones por este colectivo dentro de la Corporación municipal.

La concejala de Igualdad, Nani Navarro, en su introducción ha explicado que las circunstancias impiden que se puedan realizar grandes actos este año, "pero sí pensamos que era importante tener este pequeño gesto, que ayude a la normalización y visibilización" de estas personas.

Mañana, 1 de julio, se cumplen 15 años que se aprobó en España el matrimonio entre personas del mismo sexo (2005), convirtiéndose España en el cuarto país del mundo que lo legalizaba. "Fue un gran paso, pero con esto no estaba todo hecho, como venimos comprobando con el paso de los años. Son muchas las personas que siguen sufriendo discriminación y tienen que seguir dando explicaciones en su día a día", ha remarcado Navarro.

La concejala también ha señalado que "ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, sea cual sea su sexo biológico, orientación sexoafectiva, su identidad sexual o su rol de género", aclarando que "el termino orgullo designa el amor propio o la estima que cada persona tiene de sí misma como merecedora de respeto o consideración, un concepto similar sería hablar de dignidad, la que todos tenemos por el simple hecho de ser personas".

MANIFIESTO LGTBI 2020

"La memoria combativa de las personas LGTBI ha existido siempre, la memoria de quien lucha por el derecho a ser. Es el recuerdo de los represaliados, de las invisibles, la que dio lugar a la conciencia que se convirtió en colectiva bajo una bandera de igualdad.

Ha sido esa memoria, la organización, la lucha social, política y de clases, en la calle e instituciones, la que nos ha llevado a conquistar derechos y construir un mundo en igualdad con base en los Derechos Humanos.

Como es lógico por la crisis que estamos viviendo  con la pandemia del COVID 19, no cuenta con grandes manifestaciones, ni grandes actos multitudinarios como viene siendo habitual, pero si con pequeños actos reivindicativos que ayuden a la normalización y visibilización de este colectivo.

Con el paso del tiempo se ha demostrado que no basta con la aprobación de ciertas leyes, que se debe seguir avanzando, desarrollando dichas leyes y sobre todo dotándolas de presupuesto, cuando no se sigue avanzando, se corre el riego de retroceder.

Este año esta dirigido a lucha por la igualdad de las mujeres Lesbianas Bisexuales y Transexuales con el lema “2020 mujeres LTB: Sororidad y Feminismo” y es que dentro de este colectivo, las mujeres son las más invisibilizadas.

También tenemos que tener en nuestra memoria a quienes hace 51 años alzaron la voz para nunca más ser silenciadas. Nuestra memoria es la de la discriminación y la exclusión social. La de tantos y tantas compañeras que han sufrido persecuciones y agresiones a lo largo de la historia; la de las castraciones forzosas; las que han sufrido descargas eléctricas, lobotomías y electroshock como forma de revertir nuestra forma de ser.

Nuestra memoria es de lucha que nos marcaba como enfermos mentales, que nos hacinaba y asesinaba en campos de concentración por nuestra orientación sexual e identidad de género.

Hoy estamos aquí por aquellas personas que fueron detenidas, las que no pudieron vivir en libertad porque la represión existente en tiempos grises era tan grande, que quizá no hacía falta la detención efectiva, ya que el terror imperaba. 

Recordamos a todas aquellas personas ausentes y también a esas otras que han perdido injustamente el derecho a vivir su identidad y su sexualidad con dignidad. Muchas ya no están, las perdimos por el camino. Sois nuestro pasado, nuestra historia y nuestra memoria. 

Compartimos lucha con esas generaciones, con quienes ya no están y con quienes luego vendrán. Lo hacemos con orgullo, en una trinchera, conscientes de que queda aún un largo camino por delante. 

En un día como éste, en un día de Orgullo, Dignidad y Reivindicación, no dejamos pasar la oportunidad de volver a recordar a todas las personas que históricamente han sufrido y sufren agresiones, verbales o físicas, por su orientación sexual o su identidad y/o expresión de género.

Estamos aquí también para dar esperanza a aquellas personas que no pueden manifestarse, que no pueden vivir y que no pueden amar en libertad. 

Solidarios también con aquellos países en las que las personas LGTBI son ilegales y aún son condenadas a muerte por amar y ser como son, porque a día de hoy la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad están castigadas penalmente en 70 países y ser lesbiana, gay, transexual o bisexual está castigado con la pena de muerte en 11 países más.

En nuestro país, somos los que registramos seiscientas treinta agresiones al año; las que tienen un noventa por ciento de paro como mujeres trans; los y las que sufren acoso y discriminación en el colegio... 

Somos un colectivo atravesado por todo tipo de discriminaciones que se ven acrecentadas por culpa de una sociedad que nos sigue atacando por nuestra orientación sexual y nuestra expresión de género, y es por ello que debemos estar unidos para plantar cara.

Porque tenemos memoria, no debemos consentir ni un solo ataque más a nuestra dignidad, y por decencia democrática, tampoco debemos permitir ni un solo paso atrás en nuestros derechos. Los "pasos atrás” pueden ser sutiles e imperceptibles, pero una vez iniciado ese camino, el colectivo LGTBI puede acabar, otra vez, recluido en espacios cerrados, armarizado socialmente y devaluado, con un estatus de ciudadanía de segunda categoría. 

Son importantes los avances conseguidos en los últimos años en nuestro país pero debemos estar alerta para que sean preservados y ampliados. Ahora, el salto adelante significa que hay que evitar, a toda costa, dar ni un solo pasó atrás, porque los derechos conquistados por el colectivo LGTBI están en peligro, nada de lo logrado es irreversible, nos pueden arrebatar nuestros derechos que tanto hemos luchado por conquistar.

Hay que admitir que queda un gran trecho para lograr la plena igualdad y, por ello, debemos asumir y reivindicar lo logrado hasta este momento y sobre todo, blindar lo conseguido frente a quienes nos agreden con sus políticas. 

Este año se hace más necesario que nunca apoyar la lucha antirracista y antifascista, la solidaridad con las personas migrantes, y denunciar el racismo y la LGTBfobia que nos afecta cada día.

No vamos a ceder. No vamos a dar ni un paso atrás. Seguiremos construyendo juntas y juntos un horizonte en el que ninguna persona pueda ser discriminada ni por su orientación sexual, ni por su identidad o expresión de género, ni por su pertenencia a una familia diversa, pero tampoco por otros motivos como su etnia, edad, origen, género, capacidades… 

Los derechos fundamentales y la dignidad de cada persona deben ser los ejes centrales sobre los que se construya cualquier sociedad decente.

Porque a través de nuestra resiliencia hemos sobrevivido, nos hemos reinventado, hemos logrado apropiarnos del insulto y hemos aprendido a ser solidarios las unas con los otros. 

Pero no todo el colectivo ha avanzado a la misma velocidad, las personas trans, las bisexuales, las lesbianas, las VIH +, migrantes y mayores tenemos todavía mucho que reivindicar y menos que celebrar.

Durante este tiempo hubo otro retrato invisible, el de miles de rostros que sufrieron, en la intimidad de su reclusión, la ferocidad de la violencia y el castigo del silencio. Fue el caso, entre otras, de las personas LGTBIQ que vieron agravada una problemática ya existente en un escenario nuevo y desconocido.

Ahora, ya en la nueva normalidad, el día del Orgullo se convierte, más que otros años si cabe, en una fecha para la visibilidad, para la reivindicación y para la esperanza, una jornada en la que las Entidades Locales, con independencia de su tamaño, juegan un papel insustituible como garantes de los derechos de libertad y de igualdad que rigen nuestro estado de bienestar. Es en el nivel local donde se construyen realidades y donde se despliegan medidas necesarias de sensibilización y cohesión, de atención integral de género y de antidiscriminación, accesibles a toda la población.

No vamos a dar ni un paso atrás".

Este sitio web utiliza cookies para facilitar y mejorar la navegación. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso. POLITICA DE COOKIES